sábado, 14 de septiembre de 2013

¿Buen viaje o buena suerte?

¿Cuántas veces, en anuncios de transportes públicos, oímos como nos desean buen viaje? Supongo que muchas, pero ¿estáis seguros de que esas palabras son sinceras? ¿Realmente, no querrán decir buena suerte? Desde hace 11 años, no utilizaba el transporte público interurbano. El día 22 de agosto de 2013, debido a que tuve que dejar mi coche en el taller, me vi obligado a utilizarlo, y sinceramente, no lo hago más, ni loco repito esa experiencia. Os explicaré el por qué de mi reacción.

Después de una larga caminata, motivada por los altos precios de los transportes públicos, los cuales pocos ciudadanos pueden permitirse, he llegado a la estación de autobuses donde me dirigí a las taquillas para comprar mi billete. Al llegar, me encontré con una cola descomunal, a la cual me incorporo con resignación, y después de 18 minutos viendo como una señora, algo mayor, trabajaba a destajo para aligerar el ritmo de la cola, por fin llega mi turno. Le pido amablemente un billete @Huelva-Punta Umbría”, y esta, con la misma amabilidad, todo hay que decirlo, me responde: “Caballero, ese billete se abona en el mismo autobús”. Yo le pregunté, cuál era el andén de salida y ella, algo dubitativa, me respondió que el 14 ó el 15. En definitiva, no tenía ni idea. Salí de la cola, mirando a todos lados, buscando un cartel o algo parecido, que me indicara aquello que la señora me había informado. No encontré nada, pero me fije en algo: la cola increíble que había esperado, la que aun quedaba y que de tres ventanillas de la misma empresa que había en taquilla, solo una, en la que me habían atendido, estaba abierta. Pensé: “Ahora entiendo la subida de la tasa de paro en España, mismo volumen de trabajo y cada vez menos personal para realizarlo”. Se ve, que con la excusa de la crisis, las empresas han recortado como han querido y las consecuencias de esas acciones, las están pagando los clientes. Volviendo al caso, me dirijo al andén 15, uno de los que me indicó la señora, y veo que no era mi autobús, mi ro el 14, el otro que me dijo, y tampoco y al mirar el andén 13, ahí estaba. Pensé: “uuuyyyy, casi acierta”, pero eso solo confirmó mi primera impresión, aquella trabajadora de ventanilla no tenía ni idea. Al ver la cola para el autobús, me sitúo al final y digo para mí: “otra más”. La cola avanzaba rápidamente y al aproximarme al autobús, me quedé perplejo. No sabía si aquello era un autobús de transporte interurbano o solo un simple autobús de línea regular. Fue cuando ya estaba en el autobús, cuando terminé de quedarme de piedra, pues no solo era un autobús de línea regular, sinó que escucho que el conductor le dice a las dos personas mayores que iban detrás de mí: “jefe, que ya hay que ir de pie”. ¿Perdona? Le digo al chofer, “¿Está diciendo usted que tenemos que salir a carretera, sin cinturones de seguridad en los asientos y con parte del pasaje de pie?” El conductor no me respondió, no sé, si porque no me escuchó o porque hizo oídos sordos. Lo peor vino cuando salimos a la autovía, el autobús iba a una velocidad constante entre los 90 y los 100Km/h, adelantando a otros vehículos en el tramo que cruzaba el rio Tinto, o sea, un puente. A todo esto, yo solo escuchaba las quejas de la gente que iba de pie, de todos menos de las dos personas mayores que se montaron detrás de mí y que aun seguían de pie, pues ninguna de las personas jóvenes que iban sentadas les cedió su asiento. Por suerte, llegamos a nuestro destino, aunque incómodos, pero sin incidentes más graves que alguna que otra maniobra brusca del conductor. Hasta aquí mi pequeña odisea. Mi reflexión a todo esto es: ¿Cuántas noticias vemos donde autobuses interurbanos, con todas las medidas de seguridad, sufren accidentes donde muere gente? Señores directivos de las empresas de transportes públicos, los usuarios de sus servicios pagan un billete para que le lleven a sus destinos, poniendo su seguridad y sus vidas en vuestras manos. Piensen en ello esta noche cuando se vayan a dormir y consulten con la almohada, si están haciendo lo correcto al permitir lo que antes he narrado. La ley establece ciertos requisitos para este tipo de transportes, entre ellos una velocidad límite y algunos más para la seguridad de los pasajeros. Me gustaría pedirles a los señores que dicten las leyes, que revisen aquellas que regulan este tipo de transportes, y si hubiese lagunas, que las hay, las corrijan y endurezcan, pues muchas vidas dependen de ello y para eso les pagamos con nuestros impuestos. Gracias por su atención, si en algún momento he gozado de ella. Espero que les haya resultado interesante, pues esto que os he contado es como siempre ha sido y como siempre será, “desde mi punto de vista” Hasta la proxima

No hay comentarios:

Publicar un comentario