miércoles, 4 de diciembre de 2013

Tiempos de necesidad



Se acercan las Navidades. Algunos comenzamos a reservar regalos para estas fechas, o a hacer la lista de la compra para las consecuentes cenas y ya hemos podido ver algunos de los típicos anuncios navideños, como el de la Lotería de Navidad, donde algunos conocidos artistas cantan a la Navidad junto a un luminoso árbol, formado por bombos de lotería. No tardarán otros tan esperados como el de Coca Cola o el de Freixenet, pero con ellos, también vendrán aquellos que nos disgustan, o no nos gustan tanto. Son los anuncios de las ONGs. Anuncios que nos muestran a familias del tercer
mundo que no lo están pasando también como nosotros. Niños que sufren enfermedades como el raquitismo, entre otras, a causa de la malnutrición que padecen, que carecen de medicinas y demás servicios sanitarios, etc.
Pero no quiero hablaros de ello. Para mostrar esa parte de la realidad, ya están las cadenas de televisión, que lo hacen estupendamente mostrándonos las imágenes con toda su dureza, y con esto no quiero criticarlos, sino todo lo contrario. Es bueno tener los pies en el suelo y conocer la cruda realidad, la realidad de saber que hay gente que está mucho peor que nosotros.
Por desgracia, la situación, que en pleno siglo XXI tendría que estar mejorando, está mucho peor. Esa
situación se extendiendo a países del mundo desarrollado. Sin ir más lejos, España.
No voy a reflejar índices ni porcentajes, pues le realidad es evidente. Familias que pierden sus casas a causa del creciente desempleo, quedando en la calle sin trabajo y sin dinero, y los que peor suerte tienen, sin un techo para cobijarse de las inclemencias del tiempo, porque algunos pueden tener la suerte de que algún familiar los acoja en su casa. En la puerta de cualquier albergue podemos ver, en las inmensas colas, a personas conocidas o con las que en en algún momento de nuestra vida hemos coincidido cuando las cosas le iban mejor. Vemos a niños que se desploman en el patio del colegio, sin ningún motivo aparente, por no tener una dieta mínima. Niños que la mayoría de las noches se van a la cama mal cenados, o incluso sin cenar, y que muchos días van al colegio sin desayunar, que por no tener un mínimo de nutrientes, su salud se vuelve precaria. Si ven a un adolescente llorando en un supermercado junto a su madre, piense que quizás no sea porque es un malcriado, sino porque quizás sea consciente de la situación de su familia y le duela que la que esté haciendo la compra de su casa, sea su abuela con la mísera pensión que quedó o si ven en la puerta del mismo supermercado a una persona pidiéndole algún tipo de alimento, no lo miren con desprecio pensando que lo cambiara por vino o por drogas, los drogadictos no piden alimentos, piden dinero.
Esto es algo que tiene solución, y la solución se llama compartir. Puede que a alguno esto le suene a norma de guardería, pero quizás tengamos que darnos una vuelta por aquellos tiempos de guardería o de parvulario y recordar lo que nuestra profesora nos enseñaba por aquel entonces. Solo así veríamos que eso que se nos enseñaba de niños, es aplicable a los tiempos que vivimos.
Pero no nos confundamos. Como dice en una de sus canciones, Alejandro Sanz: “dar solamente aquello que te sobra, nunca fue compartir sino dar limosna”. Salga a la calle y valla a un supermercado, quizás a estas alturas encuentre a algún representante de de alguno de los bancos de alimentos, si es así pídale uno de los folletos que dan con la lista de productos necesario y haga una compra, si no llévela a su casa y pónganse en contacto con cualquiera de las organizaciones o asociaciones que se dediquen a recoger alimentos, estoy seguro que no
les importará pasarse por su casa a recoger esa compra que a lo mejor es pequeña, pero que tanto bien hará. Ya sea por autentico animo de ayudar o por callar su conciencia, pero hágalo, pues hay mucha gente necesitada, familias enteras, mujeres, niños… que serán muy felices por el mero hecho de tener un plato de comida ese día. Estas Navidades, seguramente estarán en sus casa cenando a gusto con sus familias, pero muchos, con suerte, lo harán en un albergue o quizás ni siquiera cenen. Háganlo, pues, “desde mi punto de vista” no les cuesta trabajo y entre todos haremos mucho bien en estos tiempos de necesidad.
Es fácil ponerse en contacto con las distintas organizaciones o asociaciones. Solo tienen que entrar en internet y buscar las pertenecientes a su provincia. En sus páginas podrán encontrar números de teléfonos, direcciones de correo electrónico y direcciones físicas. Solo es cuestión de ponerse y mucha gente se lo agradecerá.
El banco de alimentos está en todo el mundo y se denomina igual en todos los países solo difiere en la denominación del país. Aquí os dejo la dirección web del banco de alimentos de España, en ella encontrareis la forma de poneros en contacto con el banco que corresponda a vuestra provincia:
Y para cualquier duda, pueden ponerse en contacto conmigo mediante el formulario de contacto de este blog:
Depuntovista.blogspot.com
O seguirlo en twitter en:
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Gracias por vuestra colaboración.

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