sábado, 7 de septiembre de 2013

España ¡Hasta donde hemos llegado!



A día de hoy sufrimos una crisis económica que ya dura cinco años, originada por varias causas.
Una de ellas ha sido el estallido de la burbuja inmobiliaria, que dejó bajo mínimos al sector de la construcción. A esto le sumamos una política de gastos inadecuada por parte del gobierno, el cual despilfarró todo el dinero que había en las arcas sin tener en cuenta que pudiera venir una época de vacas flacas como la que vivimos. Invirtieron en infraestructuras poco solidas y no estudiaron las consecuencias de esos actos.
Le acompaña una subida de la inflación, que la gran mayoría piensa que viene desde el 2008, pero en realidad viene desde el 2000, como consecuencia de la crisis energética que se sufría en dicho año debido a la escasez de petróleo. Solo en el 2000 la subida de la inflación fue del 5% y fue que en 2008 que se incrementó en un 3.5% más.
Seguimos con nuestro gran sistema bancario, en apariencia, uno de los más sólidos del mundo y admirado por el mismo, pero que en realidad era de los más vulnerables, y a las pruebas me remito.
Todo esto nos ha llevado a  acarrear con unas consecuencias que no imaginábamos, por ejemplo: se recortó en la defensa del país. Dicho recorte comenzó por disminuir el grueso militar en 75000 efectivos, dejándolo en 5000 menos de lo que marca la ley, menos vehículos militares, dejando a dos regimientos leopard sin infantería mecanizada y menos uso de transportes militares para un ahorro en combustibles.
Lo mejor de todo esto es que se quieren sumar al conflicto de Siria en estas condiciones, dando apoyo logístico, por favor, si no tiene lo mínimo para mantener su defensa, ¿Cómo se meten en un embrollo así? Les recuerdo que Hawái no mando ni un solo soldado al frente durante la Segunda  Guerra Mundial, y sufrió el ataque de Pearl Harbor, con lo que ello conllevó, y solo era una ubicación logística.
Otra de las consecuencias a las que nos estamos enfrentando, es el aumento del desempleo, el cual se ha cernido sobre el 57.2% de la población activa del país y debido a ello y a la falta de ingresos. Esto ha desembocado en desahucios. Todos vemos en las noticias como muchas familias han perdido, o van a perder, sus viviendas  por no tener trabajo ni ingresos para poder pagarlas. Lo mejor de todo esto es que después de que te embarguen tu casa y se la quede el banco, tú como inquilino sigues arrastrando la deuda, vamos que te quitan la casa y la tienes que seguir pagando hasta el final, lo cual te deja sin posibilidades de poder adquirir otra vivienda en propiedad y quién sabe si alguna de alquiler en algún suburbio. A esto se han propuesto muchas soluciones en las Cortes Generales, como ha sido la dación del inmueble en pago de la deuda, pero como no, se trata de dinero, por lo que la rechazaron de pleno, pues así intentan salvar la chapuza de sistema bancario que tenemos, arruinando al pueblo e incrementando así la indigencia.
La delincuencia tampoco se ha quedado intacta. La tasa de delincuencia se ha desorbitado, aunque se diga lo contrario. ¿Cómo va a haber bajado la tasa de delincuencia si cada vez salen menos plazas en oposición para las fuerzas y cuerpos de seguridad por falta de presupuesto?
A razón de las circunstancias y a día de hoy, van a delinquir personas que nunca antes lo había hecho, y esto lo digo porque lo he visto. He visto como detenían a un hombre que nunca se hubiese atrevido a hacer nada ilegal, pero como bien dijo, lo hizo por desesperación. He leído como empresarios arruinados ha atracado bancos para poder pagar a sus trabajadores y los hurtos en supermercados, de  artículos de necesidad básica, se han disparado. Con esto no quiero justificar un mal comportamiento, solo intento hacer ver hasta el punto que ha llegado este país.
Ya no hablemos del crimen organizado, pues es sabido por todos de las mafias y bandas organizadas que se han afincado en España, provenientes de Europa del Este, en su mayoría, y de todos los confines del mundo,  más todas las que se han formado nuevas, formadas por ciudadanos de aquí mismo.
Todo ello ha provocado que los ciudadanos, se levanten en protestas y huelgas de todo tipo. Estas no siempre son pacíficas, a veces son los grupos más extremos los que revientan esas manifestaciones, en un principio pacíficas, haciendo que se conviertan en autenticas batallas campales, donde ambos lados, policías y manifestantes, hacen uso de todos sus recursos por salir vencedores. Después están los scratches, estos se reúnen en la puerta de la casa de algún dignatario para, mediante insultos y vejaciones, reivindicar su posición. A esto último ni  estoy ni estaré de acuerdo nunca, pues quizás estén indignados con la situación, pero son los responsables a los que se les tienen que reprochar y no insultar, y mucho menos, sus familias no tienen por qué ver y sufrir esas vejaciones. Si queréis, pedid que dimitan, pero no utilicéis la violencia, porque al fin y al cabo, la violencia verbal no es otra cosa que otra de las formas de la violencia. No hay que ponerse a esa altura.
A todo esto le podría sumar los recortes en educación y sanidad, pero seamos sinceros, sería echar más palos en candela, ya que eso es lo último, no se debería tocar nunca.
Esto es mi humilde punto de vista y siempre es cuestionable. Hasta la próxima.

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